domingo, 29 de mayo de 2011

Caminos ''opuestos'', Napoleón III, Haussman, Garnier y Lecorbusier

Con esta investigación pretendo demostrar que movimientos e ideales opuestos pueden acabar convirtiéndose en lo mismo, por decirlo de una forma más metafórica dos caminos opuestos llegan a un mismo final. Es lo que se podría desprender de este análisis, en el que Le Corbusier critica e incluso odia ideales como los de Haussman y Garnier.

En este caso, con la Opera de París encargada por Napoleón III a Haussman y construida por el arquitecto Garnier, símbolo del parís moderno es algo que Le Corbusier critica pero más tarde veremos como sus criticas se desvanecen en pro de sus proyectos, que acaban asemejándose a proyectos casi titánicos del París moderno

El Palacio Garnier fue designado parte de la gran reconstrucción parisiense del Segundo Imperio Francés, promovida por el Emperador Napoleón III, quien escogió al Barón Haussmann para supervisar las obras. En 1858 el Emperador autorizó a Haussmann a derrumbar los 12.000 metros cuadrados requeridos para construir el segundo teatro para las renombradas compañías de ópera y ballet de París. El proyecto se puso en competencia en 1861, y fue otorgado a Charles Garnier (18251898). La primera piedra fue puesta en 1861, seguida del inicio de las obras en 1862. Se dice que la esposa del emperador, la Emperatriz Eugenia de Montijo, preguntó a Garnier durante la construcción si el edificio tendría estilo griego o romano, a lo cual respondió: «¡Es en estilo Napoleón III, señora!»
                                                                   Ópera de París, Garnier

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